Monday, 10 March 2014

¿SABES CÓMO TE VEN LOS DEMÁS?...


Vaya tema...!

Propongo una reflexión, abro un debate, no pontifico.

Apunto al excesivo -e imposible- autocontrol,
a la obsesión por la imagen que ofrecemos al mundo...

  Apunto: es obvio que hay partes de tu cuerpo que no puedes ver.
Puedes emplear un espejo para ayudarte, o una fotografia,
o incluso un vídeo (todo muy a mano hoy en día),
pero...
¿hace falta que insista en que no es así como te ven los demás?

No te ves el culo ni la nuca ni el codo ni muchos planos de tí mismo
que son perfectamente visibles para otra persona.
Lo que tu ves de ti mismo es ciertamente una experiencia única,
pero muy limitada.
¡No tiene ni cabeza, ni detrás...!
Volvamos al espejo... ahí todos podemos ver nuestra cara...¡menos mal!
Ensayar muecas, lavarnos, afeitarnos, tocarnos granos, maquillarnos
o peinarnos a nuestro antojo.
Podemos cuidar esa imagen del espejo, sí.
Pero...
¿hace falta que insista en que no es así como te ven los demás?

Para ver cómo te ven...solo se me ocurre que te hagas poner
una cámara oculta que te grabe cuando tú no te sepas grabado...
y aún así ... ese punto de vista no es el de una persona...
quien ve eso es una cámara, no unos ojos humanos en una cabeza humana
en un cuerpo humano...
Con lo cual todo ese montaje no es más que un apaño,
un simulacro.

¿A dónde quiero llegar?

Intento razonar la imposibilidad de que te veas como te ven los demás,
o sea, zanjar esa pretensión, descartarla,
y así abandonar esa preocupación obsesiva...
Quitarnos un peso imposible de llevar...

¿Y eso a qué viene?
¿Qué tiene que ver con el Seitai?

Pues...
Déjame poner un ejemplo: el gato doméstico.
No hace gimnasia, ni usa espejos, ni controla su dieta...
y está siempre esbelto!
Por muy domesticado que esté, ese aprendizaje no invade su ser espontáneo,
y su comportamiento se rige en todo momento por esa intuición natural
que le mantiene vivo, en armonía con la Vida.

Nosotros...creo que hemos sucumbido a la domesticación...
y hemos olvidado respetar nuestro deseo interno,
y perseguimos la esbeltez cuidando la apariencia exterior...
sometiéndonos a técnicas, dietas, gimnasias, curas y hasta cirugías estéticas...

Cuando bastaría que practicáramos el CATSUGEN,
que practicáramos y practicáramos y practicáramos,
para que nuestro organismo (cuerpo y mente en uno)
se auto-regule y ponga cada cosa en su sitio,
y lo coordine todo naturalmente.

Así de simple...así de sencillo.


Dejando que surja y se manifieste nuestro movimiento espontáneo, 

sin controlar nada ni hacer esfuerzo alguno,
cerrando los ojos, un tratamiento de belleza!
cerrando los ojos...

Y vamos a descubrir que después de practicar  

estamos más frescos, más despiertos, más flexibles,
más enteros, más nosotros mismos,
y tan esbeltos como nuestra naturaleza individual lo permita.

Entonces sí puedo asegurarte algo:

Aunque todavía no puedas verte...
te vas a sentir a gusto en tí y contigo,
Y ESO SE VE, 
ESO SALTA A LA VISTA 
DE CUALQUIERA

Y DA GUSTO VERTE ASÍ,
EN TU BELLEZA NATURAL...  



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